¿te animás al petting?
Moda en los años ´70, vuelve a
imponerse en nuestros días. Es una práctica erótica que con besos, caricias y
algo más, nos permite alcanzar orgasmos intensos e inolvidables con una sola
condición: ¡prohibida la penetración! ¿Te animás a gozar sólo con el clásico
franeleo? Te contamos cómo hacerlo.
¿Cómo? ¿Sexo sin penetración?
¿Llegar al orgasmo sin coito? Parece imposible, pero no. Derivado del inglés
“to pet” (acariciar, mimar, besuquear), el petting propone sesiones largas y
súper hot de sexo encendido donde la excitación se logra con besos, caricias,
roces en todo el cuerpo y la masturbación mutua. Y ese es el límite, hasta ahí.
Esto, lo que normalmente conocemos como “la previa”, tan fundamental en una
buena noche de sexo, es lo que nos permitirá llegar al orgasmo.
La intimidad de las caricias
Ya conocés a tu pareja, sabés de
memoria lo que le gusta, lo que lo excita, cuáles son sus debilidades y cuáles
sus límites. Y él también sabe todo de ti. A veces sientes que la rutina sexual
te aburre, que se repite lo mismo en cada uno de tus encuentros... Entonces,
animate y prueba.
El petting no se aprende, el
petting se hace, se practica y se elige de a dos. No hay una técnica ni un
manual que lo explique sino que es un verdadero juego, es la propuesta ideal
para que le pongas el toque diferente a tu vida íntima, puedan conocerse más a
fondo, se redescubran y reaviven el placer.
Pero… ¿Cómo se hace?
Primero, es fundamental que los
dos estén convencidos y tengan ganas. Entonces, sí, (nunca mejor dicho) ¡manos
a la obra! Una buena manera es empezar hablando sobre lo que te gustaría hacer
y que te hagan, cuéntense que los excita y qué zonas son las más sensibles. A
partir de ahí, lo que la imaginación permita, todo vale. Puede haber besos,
mimos, masajes, sexo oral, masturbaciones.
Pueden armar una escena
romántica, usar disfraces, asumir roles y personajes e, incluso, incluir
elementos, cremas, geles, plumas, algo frío o algo tibio, lo que quieran y les
guste. Lo importante es que se exploren juntos, que gocen de a dos y que
lleguen al punto máximo, a ese que los hace explotar de placer sin haber pasado
el único límite que impone el petting: la penetración.
Concentrarse en todo el abanico
de posibilidades sensuales puede resultar ultra erótico, tómense el tiempo
suficiente, dedíquense a probarse y a hacerlo en serio. Vas a ver cómo, en
pareja, esto te va a ayudar a mejorar la comunicación, a expresar tus
sentimientos, a promover la ternura y el cariño y a redescubrir toda la pasión
que existe y, a veces, los esquiva.
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