Sexo:
¿quién debe tomar la iniciativa?
“Él siempre quiere, ¿para qué me
voy a molestar yo?”. “Si yo no avanzo, no pasa nada”. “Está mal visto que la
mujer encare”. “Hace tiempo que dejó de buscarme”. Si te identificas con alguna
de estas frases, sigue leyendo.
Las parejas se vuelven desparejas
cuando en todas las áreas de la convivencia, y aún más en la sexual, los roles
se vuelven esquemáticos, sin la intensidad que se necesita para no caer en la
rutina. Tomar la iniciática para el encuentro sexual no tendría que estar
condicionada por el género. Tanto los hombres como las mujeres están
“habilitados” por el deseo para insinuar o encarar al compañero.
Sin embargo es frecuente que se
delegue en mano de los hombres con la excusa errónea de que ellos están
“siempre dispuestos” o “son más sexuales que las mujeres”. A pesar de los
tiempos de cambios, hay mujeres que aún temen dar el puntapié inicial. Creen
que su conducta será “mal vista”, valorada como extraña, desajustada con su rol
de mujer y madre abnegada.
Los mensajes del sexo
Proponer un encuentro sexual no
implica poner en marcha las clásicas acciones explicitas: mensajes hot,
toqueteos, verbalizar las ganas. Existen distintas maneras de tomar la
iniciativa y enterar al otro del deseo.
Toda relación comienza desde el
momento que uno (o los dos) se sienten invadidos por las ganas. Luego vendrán
las acciones consecuentes, los avances y retrocesos que conforman una verdadera
danza de galanteo.
Las parejas deben asumir el
compromiso de enriquecer el encuentro para que no se convierta en rutina. La
opción de alternar la toma de iniciativa e ir modificando los mensajes eróticos
son formas de evitar la monotonía. El
uso de la sorpresa, proponer cambios de
lugares, preparar el ambiente, diversificar las poses, usar estímulos visuales
(ropa, lencería, películas), o cualquier opción acordada por los dos.
Tips para mejorar la toma de
iniciativa
1) Tomar la iniciativa no debe
estar condicionada por el género.
2) Romper con el mito de que los
hombres son más sexuales y a ellos les compete dar el primer paso. Los hombres
también gustan de mujeres decididas que se adelanten y provoquen.
3) Si una mujer toma la
iniciativa no la convierte en provocadora ni en “sexópata”; sólo es una mujer
que disfruta del sexo.
4) Si un hombre se basa en
conceptos rígidos y critica la iniciativa femenina está limitando la capacidad
humana de ser espontáneos, creativos y congruentes con los deseos de
desarrollo.
5) Tener en cuenta que todo
encuentro sexual comienza cuando se instala el deseo.
6) Buscar distintas formas de
acercamiento: mensajes, llamados, sorpresas, salidas, cambio de espacio,
música, aromas, etc.
7) Alternar espontáneamente la
toma de iniciativa.
8) No reprimir el deseo y las
acciones para el encuentro. Si no hay respuesta, hablar para saber qué está
sucediendo. El silencio alimenta miles de conjeturas.
9) Las diferencias en cuanto al deseo
pueden resolverse. Muchas veces las desigualdades sexuales ocultan otros
conflictos más profundos.
10) La personalidad actúa como factor
condicionante en la toma de iniciativa. Es necesario revisar en un contexto
terapéutico las defensas imperantes.
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